Esteroides Anabolicos

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Los esteroides anabólico-androgénicos (AAS, por sus siglas en inglés) son sustancias sintéticas variantes de la testosterona, la hormona sexual masculina que ocurre naturalmente. El término “anabólico” se refiere al crecimiento muscular que esas sustancias promueven, mientras que “androgénico” se refiere al aumento en las características sexuales masculinas. La palabra “esteroides” se refiere a la clase de droga. Este tipo de droga se obtiene legalmente mediante prescripción médica para tratar ciertas afecciones que ocurren cuando el cuerpo produce una cantidad baja de testosterona, como cuando hay un retraso en la pubertad. También se recetan como tratamiento en enfermedades que resultan en la pérdida de la masa muscular magra, como el cáncer y el SIDA.

¿Cómo se abusan los esteroides anabólico-androgénicos?

Algunas personas, tanto atletas como no atletas, abusan de los esteroides anabólico-androgénicos en un intento de mejorar su rendimiento o su apariencia física. Los esteroides anabólico-androgénicos se consumen por vía oral o se inyectan, generalmente en ciclos en lugar de usarse continuamente. El uso cíclico (o “cycling”) se refiere a un patrón de consumo en que se toman los esteroides por periodos de semanas o meses, seguidos por un periodo de descanso en que se deja de tomar la droga, para nuevamente volver a consumirla después. Además, los usuarios a menudo combinan varios tipos diferentes de esteroides para tratar de maximizar su eficacia, una práctica conocida como “amontonamiento” (o “stacking”).

¿Cómo afectan los esteroides anabólico-androgénicos al cerebro?

Los efectos inmediatos de los esteroides anabólico-androgénicos en el cerebro están mediados por su unión a los receptores androgénicos (hormona sexual masculina) y estrogénicos (hormona sexual femenina) en la superficie de una célula. Una vez efectuada esta unión, este complejo receptor anabólico-estrogénico puede entrar al núcleo celular e influenciar los patrones de expresión genética. Debido a esto, los efectos agudos de los esteroides anabólico-androgénicos sobre el cerebro son sustancialmente diferentes a los de otras drogas. La diferencia más importante es que los esteroides anabólico-androgénicos no causan euforia. Esto quiere decir que no resultan en los aumentos rápidos del neurotransmisor dopamina, lo que causa la “euforia” que suele impulsar los comportamientos que llevan al abuso de drogas. Sin embargo, el uso a largo plazo de los esteroides anabólico-androgénicos puede, con el tiempo, impactar algunas de las mismas vías y sustancias químicas del cerebro que se ven afectadas por otras drogas de abuso, como son los sistemas de dopamina, serotonina y de opioides. Tomando en cuenta el efecto combinado de sus acciones complejas directas e indirectas, no es sorprendente que puedan afectar el ánimo y el comportamiento de manera significativa.

Los esteroides anabólico-androgénicos y la salud mental

Los informes preclínicos, clínicos y anecdóticos sugieren que los esteroides pueden contribuir a la disfunción psiquiátrica. Las investigaciones muestran que el abuso de los esteroides anabólico-androgénicos puede llevar a la agresión y a otros efectos adversos.1 Por ejemplo, aunque muchos usuarios informan sentirse bien consigo mismos cuando toman esteroides anabólico-androgénicos, pueden tener cambios bruscos en el estado de ánimo, incluyendo síntomas tipo maniacos que pueden llevar a la violencia.2 Los investigadores también han observado que los usuarios pueden sufrir de celos paranoicos, irritabilidad extrema, delirio y alteraciones en el juicio, como resultado de sentirse invencibles.

Potencial para la adicción

Los estudios en animales han demostrado que los esteroides anabólico-androgénicos tienen un efecto reforzante, es decir que, dada la oportunidad de hacerlo, los animales se auto administran los esteroides anabólico-androgénicos, al igual que lo hacen con otras drogas adictivas.3,4 Esta propiedad es más difícil de demonstrar en seres humanos, pero el potencial de que las personas que abusan de los esteroides anabólico-androgénicos se vuelvan adictas es consistente con el abuso continuado que demuestran a pesar de los problemas físicos y los efectos negativos que sufren sus relaciones sociales.5 De igual manera, los que abusan de los esteroides anabólico-androgénicos también gastan mucho tiempo y dinero para obtener estas drogas, lo que constituye otra indicación de adicción. Las personas que abusan de los esteroides anabólico-androgénicos pueden sentir los síntomas del síndrome de abstinencia al dejar de tomarlos, entre ellos, cambios en el estado de ánimo, fatiga, desasosiego, pérdida de apetito, insomnio, libido reducido y deseos vehementes por los esteroides. Esto puede contribuir a que se continúe el abuso. Uno de los síntomas del síndrome de abstinencia más peligroso es la depresión, ya que cuando persiste puede llevar a intentos de suicidio.

Las investigaciones también demuestran que ciertos usuarios pueden recurrir a otras drogas para aliviar algunos de los efectos negativos de los esteroides anabólico-androgénicos. Por ejemplo, un estudio de 227 hombres admitidos en 1999 a un centro privado de tratamiento para la dependencia a la heroína y otros opioides, encontró que el 9.3 por ciento de ellos había abusado de los esteroides anabólico-androgénicos antes de haber probado cualquier otra droga ilícita. De este 9.3 por ciento, el 86 por ciento usó opioides por primera vez para contrarrestar el insomnio y la irritabilidad resultante de los esteroides anabólicos.6

¿Qué otros efectos adversos a la salud tienen los esteroides anabólico-androgénicos?

El abuso de los esteroides anabólico-androgénicos puede llevar a problemas graves e incluso irreversibles de la salud; entre ellos, los más peligrosos son daño al hígado, ictericia (pigmentación amarillenta de la piel, los tejidos y los fluidos corporales), retención de líquidos, alta presión arterial, aumento del LDL (el colesterol “malo”) y disminución del HDL (el colesterol “bueno”). Otros efectos reportados incluyen insuficiencia renal, casos severos de acné y temblor. Además, hay algunos efectos colaterales específicos según el sexo o la edad del usuario:
En los hombres: encogimiento de los testículos, conteo bajo de espermatozoides, infertilidad, calvicie, desarrollo de los senos y mayor riesgo de cáncer de la próstata.
En las mujeres: crecimiento del vello facial, calvicie de patrón masculino, cambios o cese del ciclo menstrual, aumento en el tamaño del clítoris y engrosamiento de la voz.
En los adolescentes: cese precoz del crecimiento por madurez esquelética prematura y cambios acelerados en la pubertad; riesgo de tener baja estatura el resto de sus vidas si toman esteroides anabólico-androgénicos antes de pasar por el periodo de “estiramiento” típico de la adolescencia.

Además, las personas que se inyectan esteroides anabólico-androgénicos corren el riesgo adicional de contraer o trasmitir el VIH/SIDA o la hepatitis, enfermedad que causa un daño grave al hígado.

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